Cumplir con las exigencias del RITE (Reglamento de Instalaciones Térmicas en los Edificios) es fundamental a la hora de decidir si debemos o no proceder a realizar una limpieza de los conductos de los sistemas de ventilación y aire acondicionado. Y es que los hongos pueden infiltrarse de manera inadvertida en los locales habitables de nuestro entrono doméstico cuando no se ha practicado un mantenimiento adecuado de los conductos.
Antes de poner en marcha la instalación
En el Real Decreto 1027/2007, de 20 de julio, por el que se aprueba el Reglamento de Instalaciones Térmicas en los Edificios (RITE, de obligado cumplimiento), se establece claramente que antes de entregar la instalación deben limpiarse los conductos UNES 100012. «La limpieza interior de las redes de conductos de aire se efectuará una vez que se haya completado el montaje de la red y de la unidad de tratamiento de aire, pero antes de contectar las unidades terminales y de monyar los elementos de acabado y los muebles».
Con la instalación en marcha
Uan vez que la instalación ya está funcionando, no existe una frecuencia exigida para la limpieza de los conductos. No obstante, en el Real Decreto 238/2013, de 5 de abril, se exige que en aquellas instalaciones que cuentan con más de 70 kW de potencia útil nominal los conductos deben limpiarse al menos una vez al año. La referencia para realziar dichas revisiones deben cumplir con las normas UNE 171330 y 100012.
¿Cuándo es obligatoria la limpieza de los conductos de aire acondicionado?
Según hemos visto en el apartado anterior, se deben limpiar e higienizar los conductos siempre que las revisiones realizadas en los conductos de ventilación no sean correctas. Con lo cual, no se exige una limpieza periódica de los conductos, sino una revisión de los mismos. Y, en el caso de que existan suciedad o partículas nocivas, es el momento de limpiar los conductos de climatización.
¿Hay alguna normativa relacionada con la limpieza de los conductos de aire acondicionado?
La norma UNE-EN 15780 es una normativa europea que se entiene que es superior a la norma UNE 100012. Sin embargo, la exigencia legal que marca la RITE es la UNE 100012 y es la que debe servir de guía en estos casos.
Por su parte, la norma UNE-EN 13403:2003 establece que pueden usarse distintos tipos de limpieza. Si el método de limpieza es el cepilla, debe tenerse en cuenta que están prihibidos los metálicos.
Por último, la norma UNE 100030 IN:2005 recuerda que en los conductos para el transporte de aire en los que puede acumularse suciedad y haya riesgo de proliferación de microorganismos, y concretamente, de legionela, recomienda el uso de conductos con superficie poco rugosa fabricados con materiales que resistan bien a la corrosión y a la acción mecánica de la limpieza.